MUSEO MINERO DE ESCUCHA, por Elisa Grao

Este museo está ubicado en el interior de una antigua mina de lignito, llamada Se Verá. Es el legado de una zona, dedicada exclusivamente a esta práctica, de donde se extraía carbón de baja calidad, que después se utilizaba en la central térmica de la localidad. Ésta mina después de ser explotada hasta 1968, fue restaurada y acondicionada, y abrió sus puertas como espacio museístico el 18 de julio de 2002.

Uno de sus principales objetivos, es el de dar a conocer el mundo de la minería y preservar su patrimonio industrial, así como reflejar la historia de un pueblo que desde el siglo XIX ha participado en la actividad minera propia de la comarca de las cuencas Mineras de Teruel.

Pero sin duda alguna, su principal objetivo es el de introducir al visitante en la experiencia auténtica de la mina, donde se han reproducido exactamente las condiciones de trabajo, intentando mostrar así, la dura vida de los mineros que desde 1940 a 1968 sacaron lignito y su adverso trabajo, llevado a cabo en situaciones extremas. Es por ello, por lo que se suministra a los visitantes de una equipación especializada, dándoles la sensación de ser unos auténticos mineros.

RAZONES PARA VISITARLO:

Creo que la gente debería visitar este museo porque es una experiencia única que te introduce en el auténtico trabajo que realizaban los mineros, equipándote además como uno de ellos, pero en todo caso, contando con las condiciones óptimas, y con la seguridad necesaria, de la que los mineros lamentablemente no pudieron disfrutar.

En este museo te puedes encontrar con recreaciones idénticas a las tareas que se hacían en la minería de interior y con un gran catálogo de utensilios y máquinas de todas las épocas. En algunas galerías, incluso se llegan a reproducir las condiciones ambientales en las que se trabajaba, dando así más realismo todavía al trayecto en la mina. 

De esta forma, logras conocer aún mejor la información que te transmiten, porque te sumerges literalmente, en la profesión sobre la quieres aprender y la propia experiencia hace que no se te olvide fácilmente lo que allí has vivido. Sobre todo, es también un museo que te hará reflexionar y ponerte en la piel de la gente que allí trabajó y que en muchos casos dio su vida en la mina.