jueves, 4 de junio de 2015

AUSCHWITZ, por Diego Cercós y Mario Blasco

Hace dos años fui a visitar a Polonia a mi hermana, que estaba de Erasmus y decidimos ir a Cracovia (Krakow) a visitar el campo de concentración de Auschwitz. Al principio solo sabíamos un poco de toda esta historia, pero conforme vimos este museo, nos dimos cuenta de todo lo que el ser humano era capaz de hacer. En un principio, apenas lo valore pero conforme ha pasado el tiempo, me he dado cuenta de la importancia que tiene y me he dado cuenta de que no es una cosa que se deba ver como algo que pasó, que tiene que quedar olvidado, NO. Lo importante es que se vea todo el dolor, toda la maldad, la envidia, el odio y que se aprenda de todo lo que ha pasado, para que no se vuelva a repetir. 
Es muy duro, pero personalmente es uno de los lugares a los que volvería, ahora que ya se la importancia que tuvo y el porqué de su creación.
Su origen fue en plena Segunda Guerra Mundial, en 1940 por el bando alemán (nazi), con el fin de retener allí a los políticos polacos que no cabían en las cárceles. Luego les siguieron miembros de la resistencia, intelectuales, homosexuales, gitanos y judíos.
RAZONES PARA VISITARLO: 
A pesar de que es una visita muy dura, merece la pena y te das cuenta de todo lo que tenemos, de saber valorarlo y yo creo que es algo que debe visitarse, ya que no sabes bien todo lo que pasó, si no estás allí, sientes el frío, la humedad, soledad y el dolor. 
Pero para mí lo más importante es que hay que aprender de los errores, que no tiene que quedar olvidado, sino que se sepa todo lo que ocurrió y la gente sepa lo que no hay que hacer.

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