miércoles, 19 de noviembre de 2014

COCINAS, por Andrea Pascual

Las cocinas han obtenido un papel muy importante durante toda la historia. La primera cocina que se encontró (cocina portátil) fue a finales del siglo XVIII.
Antiguamente las cocinas funcionaban mediante diversos combustibles como el gas, poco a poco esto fue evolucionando y hoy en día en la mayoría de las casas podemos encontrar cocinas que funcionan mediante electricidad denominadas vitrocerámicas.
Pero esto no quiere decir que desde el principio de la historia se cocinara con gas, la primera comida de la historia preparada con gas fue de manos de Frederick Albert Wilson en el año 1802, pero muchas de las cocinas que surgieron a continuación resultaron realmente peligrosas por sus escapes de gas y sus explosiones, tuvieron que pasar treinta años hasta que se fabricó la primera cocina realmente segura (en Europa), por lo tanto en los hogares americanos no dispondrían de estas ventajas hasta 1860. Si retrocedemos unos cuantos años nos encontraremos con que se cocinaban los alimentos en una olla, pero no en una olla como podemos cocinar hoy en día, en una olla que se colgaba mediante unas cadenas sobre las brasas por lo tanto se utilizaba leña, carbón…; poco a poco con el paso del tiempo comenzaron a aparecer artefactos que permitían tener el fuego más concentrado y por lo tanto permitían una mayor eficacia y rapidez a la hora de preparar los alimentos, estos avances recibieron el nombre de fogones.
Pero poco a poco las cocinas eléctricas se van abriendo paso y van teniendo un papel cada vez más importante. La primera cocina eléctrica fue inventada en 1906 por Lloid Copeman, uno de los datos que más me han extrañado sobre la cocina eléctrica es que la primera de ellas fue presentada en juguete.
Lo más próximo al fuego con leña y carbón fue la cocina de gas butano esto causó una gran revolución ya que permitía la comodidad de poder cocinar todos los alimentos sin la necesidad de tener que ir a recoger leña solamente necesitabas la bombona de butano, los fogones tenían unos orificios por los que salía la mezcla del gas con el aire en la cantidad necesaria y con el fuego de una cerilla permitía mantener esta llama viva sin necesidad de avivarla como con la leña. Mi abuela me contó que esto fue una gran ayuda en casa ya que eran una familia muy numerosa y esto permitía ahorrar bastante tiempo y también era mucho más cómodo ya que no producía humos.
Esta era una cocina portátil, poco a poco esto fue evolucionando y se integraron las cocinas y los hornos en las encimeras y sobre el suelo.
Y finalmente apareció la cocina eléctrica.
Realmente creo que si se sigue avanzando tan rápido y buscando la rapidez a la hora de hacer las comidas dentro de unos años quizás nuestros nietos no necesiten aprender algo tan básico como freír un huevo, ya que todo esto habrá pasado al cuarto de trastos.
Andrea Pascual Navarrete 4ºB

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