viernes, 21 de noviembre de 2014

CUARTO DE LA MÚSICA, por Ramiro Gasque

TOCADISCOS: es un objeto rectangular, en su interior tiene la forma de un disco de vinilo, una aguja enganchada en una parte que cuando ponías un disco, la ponías encima y hacía que sonara el disco.
DISCO DE VINILO: son grandes, negros y se distinguen al tacto los distintos surcos que hay alrededor suyo.
REPRODUCTOR DE CASETES Y LOS CASETES: son unas cajetillas que se abrían de arriba hacia fuera y en la tapa habían como dos pinchos en los que tu ponías los casetes dentro, coincidían los agujeros con los pinchos y eso daba vueltas y era lo que hacía que sonaran los casetes. Son de color negro y la cinta de su interior es blanca.
CDs: son redondos, de color metálico irisado. Son como una versión más pequeña que los discos de vinilo y tienen más capacidad de almacenaje que estos. Utiliza tecnología digital y necesita un láser para leerlo.
DISCMAN: son de la misma forma y tamaño que los CDs. Les ponías cascos para poder escucharlo ya que no disponían de altavoces exteriores o incorporados. Servían para reproducir lo CDs.
MP3: son mucho más pequeños que los discman y que cualquier otro reproductor de música hasta entonces, y le sucedía lo mismo que al discman, les tienes que poner cascos para poder escucharlos.
MP4: son una versión más avanzada de los MP3.Tienen mayor capacidad y una tecnología más alta, y así va sucediendo a medida que vamos mejorando las nuevas tecnologías (MP5, MP6, IPod…)
MÓVIL: son los teléfonos móviles como indica su nombre y son mucho más prácticos que los fijos porque tiene más funciones aparte de llamar y recibir llamadas. Puedes escuchar música, navegar por Internet, etc.
Testimonio (R.G.): Se ha avanzado por varios frentes y se ha retrocedido por otros. Por una parte, desde un frente externo, se busca la comodidad a la hora de escuchar música, pero esta comodidad, a veces, conlleva una pérdida de calidad. Se pasa del reproductor de música grande y aparatoso al mp4 o al móvil. Se busca también la estética, no solo que sea bonito, que guste, que sea atractivo o que llame la atención, sino también que, de algún modo, nos identifiquemos con él. El transporte de la música se facilita, pero la mercancía se pierde desde mi punto de vista, pues la calidad del sonido no es el mismo si se escucha una canción desde el móvil que si se escucha desde el ordenador o un reproductor de música. Este es el otro frente, el interno. Se ha avanzado hacia una compresión del sonido que hace que sea más llevadero, que se pueda acumular más música en un mismo dispositivo, que nos permite más estímulos, que nos permite meter más elementos en un reproductor que no solo son música. Esto está genial porque te permite transportar de manera más fácil y cómoda tu música, vídeo, audio, radio, conferencias, etc. Pero por otra parte creo que estamos ante una pérdida de la calidad de la música importante (no solo a nivel de reproducción, sino también en el sentido de la comercialización) y, muchas veces, no sabemos valorarla.
Ver la evolución de los reproductores de música nos permite evaluar muchos aspectos de nuestra vida cotidiana llena de sonidos, voces, canciones.

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