sábado, 22 de noviembre de 2014

EL FACISTOL DE UN HISTORIADOR, por Sole Maenza Ibarra


El objeto sobre el que he decidido investigar es un mueble, que actualmente se encuentra en mi casa. Había oído que ese mueble era muy antiguo, así que decidí informarme más sobre ese objeto.
Descubrí que se trataba de un facistol, que pertenecía a mi tatarabuelo, y que había sido rescatado por mi madre de un piso de un familiar que tenían que desalojar.
La importancia de este objeto es por una parte sentimental, ya que pertenecía a un antepasado mío, del que mi abuela todavía guarda muchos recuerdos. Por otro lado es muy extraño que un mueble como ese se encontrara en un domicilio particular.
El facistol es un objeto utilizado para el soporte de libros y textos. Es un tipo de atril de grandes dimensiones, que se encuentra en los altares de las iglesias y monasterios cristianos, y que posteriormente pasaría a formar parte del coro.
El facistol es de madera de nogal tratada con barniz, tiene tres partes:
· Pedestal o base, tiene tres patas fuertes para soportar el peso, con formas curvas, están unidas a un cilindro con una esfera en su parte inferior mediante espárragos de madera, y a su vez encolados.
· Peana, está torneada con formas curvas de mayor y menor grosor, formando una columna redondeada que le da un aspecto más ligero. Une la base con el atril. Tiene un eje rotatorio para ajustarlo a mayor o menor altura según el lector.
· Atril, tiene cuatro caras con una repisa en cada una de ellas que sirve de apoyo para los libros. Su forma es de pirámide truncada. Por dentro está hueco para guardar los libros, una de sus caras es abatible.
El facistol está hecho de forma artesanal, hay partes desiguales.
Se nota en él, el paso del tiempo, las patas están desgastadas, en algunas zonas la madera se ha levantado un poco, en la peana tiene algunas señales de haber tenido carcoma, aunque ya ha sido tratado. Se pueden observar arañazos y roces, que nos indican que ha sido muy utilizado y no ha sido un objeto decorativo.
El facistol pertenecía a mi tatarabuelo Eduardo Ibarra y Rodríguez (1866, Calatayud – 1944, Madrid)
Era historiador y leía muchos libros y documentos antiguos. Como leía mucho, y pasaba bastantes horas sentado trabajando, pensó que podía leer de pie, ya que le gustaba y cuando se hizo más mayor le costaba mucho levantarse de la silla debido a que tenía artrosis, por eso decidió, basándose como modelo en los facistoles de las iglesias, encargar que le hicieran un facistol a su medida para poder leer como a él le gustaba.
Una vez se lo hicieron lo colocó en su despacho, y según el testimonio de su nieta mayor, lo utilizaba a diario para el estudio y lectura de pergaminos y otros documentos históricos. 
No he conseguido averiguar la fecha exacta en que lo encargó, pero sería alrededor de 1915, porque lo encargó cuando se fue a vivir a Madrid y fue por esa fecha.
Los facistoles pasaron a ser de un objeto útil y práctico, a ser un elemento decorativo sin uso. 
Aunque el atril de cuatro caras o facistol desapareció al no ser necesario, el atril de una sola cara es el que se ha ido adaptando a los cambios de los libros y partituras.
Por un lado, se hicieron más ligeros, sencillos y manejables. Posteriormente se empezaron a utilizar materiales más baratos y de fácil manejo como el metacrilato, el aluminio etc.
Por otro lado se han creado para usos concretos: atril de partituras para música (regulable en altura e inclinación para poder leer mejor los textos colocados en él), atril de conferencia, atriles de restaurantes, atriles de mesa…Recientemente se han desarrollado fundas para dispositivos electrónicos con el soporte incorporado.
Uno de mis problemas ha sido encontrar información sobre los facistoles, ya que al ser un objeto inusual no había mucha información. 
Otro de mis mayores problemas ha sido conseguir datos sobre la historia del facistol de mi tatarabuelo. Todos en mi familia sabían su origen, pero no conocían los detalles, y eso ha sido difícil de averiguar. 
Me ha servido para darme cuenta de que un mueble no es solo un objeto muerto, sino que ellos también tiene sus propias historias y nos recuerdan momentos y a personas. En el fondo, un mueble tiene mucha vida, aunque a simple vista, pueda parecer “otro objeto hecho por el hombre”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario